lunes, 18 de abril de 2016

La visita. Sala VI

Dedicada por entero a la Brigada de Policía Científica, esta Sala muestran los instrumentos propios del trabajo de esta Unidad policial que ha cobrado tanta actualidad y relevante importancia en los últimos tiempos. 

Material, medios e incluso productos ya fuera de uso, se disponen como una cadena de acontecimientos que permiten conocer la evolución de esta faceta tan imprescindible en cualquier tipo de investigación.

Máquinas fotográficas en desuso, cámaras técnicas, copiadoras de clichés fotográficos, viejos maletines de inspección ocular, informes periciales relativos a falsificaciones de papel moneda, armas de fabricación casera, etc., se muestran en las vitrinas de esta Sala para despertar la curiosidad del visitante.


Junto a estos objetos también se exponen los primeros negativos, alguno de ellos en soporte de cristal, así como las tarjetas de reseña de los primeros reseñados en nuestra ciudad en la segunda decena del siglo XX.


Sala VI (vista parcial)

El equipo de filmación “Bertillón”:


Corría 1915 cuando llegó a nuestra ciudad el primer equipo capaz de realizar la innovadora reseña policial. Un equipo de filmación fabricado en 1912, que recibe el nombre de uno de los padres de la moderna identificación policial, y que pasó a prestar servicios en las dependencias que el entonces Cuerpo de Vigilancia tenía en la calle del Agar, en los bajos del Gobierno Civil cuando éste estaba ubicado en el edificio compartido con el Teatro Nuevo o Teatro Rosalía Castro.

Realizado en madera y con un aspecto que evoca artilugios de denostado recuerdo, se ha conservado intacto y así se muestra como una de las piezas señeras del Museo en este espacio dedicado al llamado Gabinete de Identificación, hoy Brigada de Policía Científica.

Un viejo equipo que aguantó, estoicamente, el paso de los años prestando valiosos servicios hasta mediados del pasado siglo.

100 años de reseña policial: 

22 de septiembre de 1915, otra fecha para recordar; ese día se realizaron, con el equipo de filmación “Bertillón”, las primeras reseñas de detenidos en la Comisaría del Cuerpo de Vigilancia de La Coruña. 

El Museo conserva el cliché, en soporte de cristal, de esta primera reseña que corresponde a un varón joven y junto a él, el de la primera mujer de una edad similar a la del varón e igualmente coetánea en la fecha de su obtención.

Como complemento a estos primeros clichés fotográficos se conservan, también, las primeras hojas de reseña utilizadas en aquellos lejanos años de principios del siglo XX.

Hoy, son ya viejos recuerdos que constituyen, por encima de cualquier otra consideración, un legado histórico de relevante valor museístico.

Romasanta o el Lobishome:


La crónica negra de la España de mediados del siglo XIX recoge, dentro de su elenco de célebres asesinos, a Manuel Blanco Romasanta, conocido como el “Hombre lobo de Allariz”. Un enigmático personaje que fue juzgado y condenado a muerte por la comisión de varios asesinatos en los campos gallegos y al que finalmente, la Reina Dña. Isabel II, conmutó su pena de muerte por la de cadena perpetua. Unos sucesos que conmocionaron a la sociedad de entonces y que fueron juzgados en la Audiencia de Galicia, con sede en la ciudad.

Manuel Blanco, un personaje capaz de inspirar libros y películas de cine, tiene un pequeño espacio en el Museo. Se trata de un retrato robot realizado por el Comisario Pral. García Mañá en sus tiempos de Inspector-Jefe, y al que acompañan las reproducciones facsímil tanto de la portada del sumario que le fue instruido, como de un Pasaporte de Interior expedido a nombre de una de sus víctimas que forman parte del expediente que conserva el Archivo del Reino de Galicia quien, amablemente, cedió al Museo policial para su exposición.

 
Sala VI (detalle)

Llama poderosamente la atención que en la portadilla de la causa instruida contra este personaje de tan infausto recuerdo figura, con toda claridad, la acusación de "hombre lobo", trascendiendo de esta forma del mero imaginario popular.

El Códice Calixtino:


Este manuscrito iluminado del siglo XII, contiene sermones, himnos, milagros, piezas musicales, etc., relacionadas con el Apóstol Santiago y cuyo original se conserva en la Catedral Compostelana, constituyendo un preciado tesoro de nuestro patrimonio nacional.

El Códice desapareció misteriosamente de la Catedral en junio del 2011 lo que provocó que, de inmediato, el Cuerpo Nacional de Policía iniciase gestiones para su recuperación que finalmente se logró, tras laboriosas investigaciones, un año después, siendo devuelto a su lugar de procedencia. 

Como reconocimiento a la meritoria labor policial, el Cabildo catedralicio hizo entrega a la Jefatura Superior de Policía de Galicia de un ejemplar facsímil de esta importante obra religiosa que se exhibe en una de las vitrinas de nuestro Museo. 

José Eugenio Fernández Barallobre
(Catálogo del Museo Policial)


 

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