domingo, 28 de enero de 2018

En recuerdo de los Policías Nacionales José Antonio Villamor, Rodrigo Maseda y Javier López ahogados en la playa del Orzan un 27 de enero de 2012

En una fría y desapacible madrugada del viernes 27 de enero de 2012, el estudiante eslovaco Tomas Velicki acompañado de unos amigos, decide por su cuenta y riesgo, después de una noche de diversión y copas por los establecimientos de una de las zonas de la movida coruñesa, cercana a la playa del Orzán, bajar al arenal para, según sus amigos, orinar, mojarse los pies y escribir su nombre en la mojada arena de la ensenada coruñesa que conforma entre otras la playa del Orzán . 

El mar está furioso en plena pleamar con unas desmesuradas olas y una enorme fuerza de arrastre en su resaca. Una gran ola tumba a Tomas y desaparece en la frías aguas coruñesas. Sus amigos al notar su falta se ponen en contacto con varios miembros de la Policía Nacional que efectuaban su trabajo por la zona. En escasos minutos aparecen vehículos rotulados y camuflados así como dotaciones de la Policía Municipal y Cruz Roja. Entre todos, con la inestimable ayuda de un joven coruñés, Adrián José Doce, intentan salvar al estudiante haciendo una cadena humana ayudados por un simple cabo de cuerda. Incluso tres de ellos se lanzan al mar. Todo resulta inútil. Velicke no podrá ser rescatado y una impresionante ola devora para siempre a los Policías Nacionales José Antonio Villamor Vázquez , Rodrigo Maseda Lozano y Javier López López que en un alarde de heroísmo han luchado a brazo partido contra las condiciones adversas del mar para salvar a alguien que no conocían y que se había conducido con una enorme irresponsabilidad. 

Los héroes del Orzán

Durante semanas La Coruña miró consternada al mar y llenó con velas, flores y fotografías de los tres miembros del Cuerpo Nacional de Policía el paseo marítimo. Sus rezos silenciosos fueron escuchados y poco a poco los cuerpos de los infortunados policías y del joven eslovaco comenzaron a aparecer devueltos por un mar mucho más tranquilo que él que los arrebató. El dispositivo de búsqueda fue incesante. Policía Nacional, Guardia Civil, Policía Local, Cuerpo de Bomberos, Salvamento marítimo, buceadores, Protección civil, desarrollaron un servicio, sin precedentes en la ciudad, exhaustivo, valeroso, de denodada lucha contra la adversidad. 

El ejemplo de Rodrigo, Javier y José Antonio merece ser resaltado. Su profesionalidad, su sentido del deber, coraje, gallardía hombría de bien y heroísmo en una sociedad tan falta de valores como la nuestra, conmovió a toda una ciudad ante un acto admirable de estas características. Para la ciudad de La Coruña, Javier, Rodrigo y José Antonio serán ya por siempre los héroes del Orzán. 

El Presidente de la Xunta de Galicia, el Alcalde de La Coruña y el entonces Director General de la Policía, inauguran el monumento

Esos tres miembros de la extraordinaria Policía Española, una de las mejores del mundo, son de la estirpe y abolengo de los legendarios héroes de España; de los personajes de alta alcurnia, magnánimos caballeros, cantados en las novelas de caballería y dispuestos a velar por la razón, el honor y a desfacer entuertos en defensa de la verdad como hacían el soñador Don Quijote de la Mancha, Amadis de Gaula, Esplandían, Felix Marte de Hircania, Cristalían de España, Tirante El Blanco; del doncel de Sigüenza Martín Vázquez de Arce; son del espíritu aventurero de los tres mosqueteros de Alejandro Dumas o de aquellos personajes de tebeo como el Jabato, el capitán Trueno, El Cachorro, el guerrero del Antifaz o Roberto Alcázar y Pedrin que tanto non hicieron soñar con su apostura y valor a los niños de esta Nación allá por los años cincuenta-sesenta del pasado siglo XX. 

Los nombres de Javier, Rodrigo y José Antonio, quedarán esculpidos en letras de oro en la historia de La Coruña para ejemplo y recuerdo de los que viven por su valerosa, solidaria y generosa gesta que lamentablemente terminó en tragedia. Bien merecido pues tenían el reconocimiento unánime de la sociedad.

El domingo día 27 de enero de 2013, en una mañana muy fría de intensísima lluvia, un año después de la gran tragedia que marcó para siempre a la ciudad de La Coruña, el alcalde de La Coruña Carlos Negreira Souto, acompañado por el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, el arzobispo de Santiago, Julian Barrio, presidenta del parlamento de Galicia, Pilar Rojo y otras autoridades civiles, militares, miembros de la corporación municipal así como representantes de las asociaciones culturales y vecinales de la ciudad, miembros del Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil, Policía Municipal, Protección Civil, familiares de Rodrigo, Javier y José Antonio y numerosos ciudadanos anónimos, entre los que me encontraba, saldaba esa deuda e inauguraba en la coraza del Orzán-Riazor un monumento a los tres héroes obra de José López Mihura, Sonia Romero y José Luis Rey. Era el reconocimiento a su heroísmo.

Tres Concejales del P.P. Coruñés ofreciendo un ramo de flores ante el monumento (2018)

“Pasarán los meses pero ni pasará el duelo ni llegará el olvido “manifestó el alcalde de La Coruña. “Hay sonidos imposibles de olvidar como el de aquel helicóptero que antes del alba despertó a la ciudad con su estruendo de preocupación. Muchas veces las malas noticias llegan sin que medien palabras. No las hubo para consolar tanto dolor, difícil encontrarlas en aquellos momentos para quienes tratábamos de dar consuelo a los familiares y compañeros de Javier, Rodrigo y José Antonio y al padre del estudiante Tomas Velicki. Hay paisajes imposibles de desterrar. Los coruñeses nos hemos forjado con este mar del Orzan que está teñido de generosidad y heroísmo. Forma parte de nuestras vivencias, del inventario de una ciudad que ha crecido arrullada entre sus olas. El Orzán es nuestra ventana hacia el mundo, el mar que nos da todo pero también nos lo quita, sosegado y furioso, acogedor y cruel. Durante el último año muchos coruñeses y también numerosos visitantes se han acercado a este rincón para ofrecer el tributo más espontaneo el que sale del alma y empuja a encender una vela, dejar una flor, una fotografía, un papel con unas palabras, con un recuerdo, un deseo o un agradecimiento. Desde hoy el ayuntamiento en nombre de todos los coruñeses, habilita este espacio que no deja de ser un humilde altar, un punto de encuentro para que todos en cualquier momento y de cualquier manera podamos expresar nuestra gratitud y depositar en este lazo, frente a este mar, nuestro corazón”. 

Un emocionado Ignacio Cosidó, director general de la Policía con su voz entrecortada dijo entre otras cosas: “Hace un año estábamos en este mismo sitio con una mezcla de dolor y esperanza. Ahora estamos aquí con una mezcla de dolor y orgullo. Esta tragedia y estos héroes han servido para unirnos más. No hay lección más dura pero tampoco más hermosa, porque aquí en el Orzán, hemos aprendido el significado de la solidaridad y el sacrificio. Nuestros héroes del Orzan serán siempre un ejemplo de generosidad, sacrificio, valentía y vocación. La semilla que dejaron los héroes nos ha hecho mejores, ha transformado el Cuerpo Nacional de Policía. Tres ángeles más se han unido a nuestros Patrones los Ángeles Custodios para velar por todos nosotros. Ellos serán siempre el espejo de todos los agentes y referencia no sólo de la Policía sino de toda la sociedad española”. 

La viuda de Javier López, Loreto López, agradeció en nombre de todos los familiares de los tres Policías “las grandes muestras de apoyo y cariño recibidas”. “Esta escultura recordará la entrega y la valentía de Rodrigo, José Antonio y Javier a las generaciones futuras”.”Solamente algo muere cuando se olvida”. 

Cerró el acto el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo quien bajo un pertinaz aguacero apuntó: “Nadie muere por completo mientras haya alguien que lo recuerde. El ejemplo de estos agentes, demuestran que los héroes no están en las leyendas, sino que en la sociedad hay personas capaces de actos de inmensa generosidad que permiten mirar el futuro con más optimismo. Con su ejemplo ellos nos están diciendo que se equivocan los que piensan que estos ya no son tiempos de grandes hazañas y que en su lugar prima la insolidaridad y el egoísmo. Javier, Rodrigo y José Antonio formaban parte de un Cuerpo Nacional de Policía educado en el servicio, en la entrega y en l a atención a los demás”. “Son como nos gustaría ser a todos. A partir de hoy esa inmortalidad que sólo alcanza a los verdaderos héroes estará plasmada en este monumento que quiere fundirnos con ellos en un abrazo perpetuo. Hoy los coruñeses están inaugurando un nuevo faro. La vieja Torre de Hércules da luz y este emite un recuerdo que queremos sea inmortal. Aquel guía a los navegantes, y este nos guía a la esperanza del corazón mientras existan hombres y mujeres como ellos”.

Un miembro de la Policía Nacional, acompañado de otro de la Policía Municipal y el coruñés Adrian López, depositaron una corona de laurel ante el monumento recién inaugurado. Los himnos de Galicia y Nacional pusieron broche de oro a una jornada inolvidable que había comenzado a las once de la mañana con una Santa Misa oficiada por el Arzobispo de Santiago Don Julián Barrio en la Iglesia de Maria Auxiliadora.

Ayer día 27 de enero se cumplieron seis años de aquella aciaga y trágica noche de oscuro invierno. Al mediodía se rindió en recuerdo de los Policías Nacionales José Antonio Villamor Vázquez, Rodrigo Maseda Lozano y Javier López López, un emotivo homenaje en la coraza, donde se erige el monumento en su honor y recuerdo. En el acto estuvieron presentes padres y familiares de los tres agentes, así como miembros del PP de La Coruña o el ex delegado del Gobierno en Galicia Manuel Ameijeiras. Una vez finalizado el sencillo y emotivo acto, la madre de uno de los agentes fallecidos arrojó al mar del Orzán y Riazor un ramo de flores.

Rodrigo, José Antonio y Javier ¡siempre presentes en el recuerdo! 

Carlos Fernández Barallobre.



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