En la fotografía, que gentilmente nos ha remitido nuestro buen amigo el Comisario Principal Iñigo Echauri Osinaga, aparece junto al Coronel Inspector del Cuerpo de Seguridad Julio González Dichoso y el Teniente Coronel, Jefe de la Guarnición de Barcelona, Francisco Romero Hernández, el Comandante de la Escala de Reserva de Infantería, Laureado de San Fernando, Juan Martínez Cortés, uno de los dos Comandantes destinado en el Cuerpo de Seguridad de Barcelona.
Al Comandante Martínez Cortés, se le concede su Cruz de San Fernando de 2ª Clase Laureada con fecha 27 de febrero de 1913 (D.O. del 28 siguiente) por la acción llevada a cabo, en contexto de la llamada Campaña del Kert (Marruecos), el 12 de septiembre de 1911, cuando ostentaba el empleo de 2º Teniente de Infantería.
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| Comandante Juan Martínez Cortés, Laureado de San Fernando |
Nacido el 19 de enero de 1876, ingresó en el Ejército el 27 de mayo de 1893. Tras su ascenso a Capitán en abril de 1914, con fecha 15 de febrero de 1919 solicita vacante del empleo en el Cuerpo de Seguridad de Barcelona. Ascendido a Comandante el 9 de diciembre de 1926, continúa prestando servicio con este empleo en Cuerpo de Seguridad en la ciudad Condal.
En su juicio contradictorio instruido para esclarecer si su acción se hizo acreedora a la más alta condecoración del Ejército Español, quedó probado lo siguiente:
El segundo teniente de Infantería (E.R.) Juan Martínez Cortés, con destino en el Regimiento Infantería de San Fernando núm. 11, se hizo acreedor a la cruz de San Fernando por su comportamiento en el combate sostenido en el valle del Kert el día 12 de septiembre de 1911; resultando que en la madrugada del expresado día fue hostilizada la posición de Ishafen por numerosos grupos moros, disponiéndose la salida de algunas fuerzas para castigar al enemigo, verificándolo el Segundo Teniente Martínez Cortés al mando de una Sección que entró en fuego, y dándose cuenta de las condiciones desventajosas en que se encontraba por hallarse su tropa al descubierto, ordenó armar el cuchillo y cargar, marchando él al frente y siendo el primero en descender al barranco donde aquél se hallaba emboscado, entablándose la lucha cuerpo a cuerpo, matando por lo menos a un adversario y consiguiendo con su valor y arrojo desalojar y dispersar al enemigo.
Ello le valió la concesión de la Cruz de 2ª Clase Laureada de la Orden de San Fernando.
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