domingo, 29 de abril de 2018

1984. ETA asesina en Irún al Policía Nacional Mohamed Ahmed Abderrahmán

A las once y media de la noche del 23 de noviembre la banda terrorista ETA asesinaba en Irún (Guipúzcoa) con una granada al Policía Nacional Mohamed Ahmed Abderramán, y hería de gravedad a su compañero, Carlos Mota Organero, que resultó alcanzado por impactos de bala en la pierna y el abdomen. 


El Policía Nacional Abderraman, junto a otros dos compañeros, fueron atacados por un comando terrorista de ETA minutos antes de la medianoche en la autopista Bilbao-Behovia, a la altura del peaje de Irún. Dos individuos, que iban encapuchados, lanzaron una granada y varias ráfagas con armas automáticas contra los miembros de la dotaciones de dos furgonetas de la Policía Nacional que se encontraban de patrulla en la zona de la frontera del puente internacional de Irún y cuya misión era la protección de los camiones de matrícula francesa que cruzaban la frontera. Esa noche Mohamed no tenía servicio, pero había pedido voluntariamente hacer el turno para poder llegar a tiempo a su domicilio y llevar al médico a su segunda hija, que había nacido con parálisis cerebral. En un momento determinado Mohamed se apeó de su vehículo y se acercó al otro coche policial para fumar un cigarrillo con otros compañeros. Varios miembros de la banda, apostados en un monte cercano y armados con fusiles de asalto y un lanzagranadas, atacaron la patrulla policial. Mohamed fue alcanzado de lleno por una granada que le causó la muerte en el acto, al destrozarle completamente la espalda. 

Policía Mohamed Ahmed Abderrahmán

Fuentes oficiales de la Policía señalaron que los terroristas, tras el atentado, huyeron hacia el monte por la zona del Castillo del Inglés, en las proximidades de Peña Aya, dentro del término municipal de Oyarzun. 

Inmediatamente después de conocerse la noticia del atentado, la Policía Nacional y la Guardia Civil montaron controles en todas las carreteras de la zona y comenzaron las tareas de rastreo por los montes de Irún y de la vecina localidad de Rentería. Los tres policías nacionales heridos fueron trasladados urgentemente, en ambulancias de la Asociación de Ayuda en Carretera (DYA), a la Residencia Sanitaria de San Sebastián, y uno de ellos Mohamed Ahmed Abderraman falleció durante e! trayecto pues tenía la espalda destrozada al recibir de lleno el impacto de la granada de carga hueca. Otro de los dos agentes heridos, Carlos Mota Organero, se encontraba en estado muy grave y, tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. Sufría una herida en la pierna derecha y otra en el tórax. El otro policía herido, del que se desconoció la identidad, tenía heridas leves y a la una de la madrugada fue trasladado a su acuartelamiento. 

En un ambiente de tensa serenidad, Irún ofreció un homenaje en memoria del policía nacional asesinado el viernes, Mohamed Amed Abderramán. El ayuntamiento acordó, en un pleno extraordinario, condenar el atentado y mostró su repulsa ante “la violencia, sus causas y los que con sus posturas la fomentan”. 

Aspecto del vehículo policial tras el atentado

El acto de homenaje al Policía Nacional asesinado se desarrolló ante la comisaría de Policía de Irún y al mismo asistieron, además del ministro del Interior José Barrionuevo y familiares del policía asesinado, el inspector general de la Policía Nacional, Félix Alcalá Galiano, el director general de la Policía, Rafael del Río, otras autoridades y compañeros de la víctima. Una compañía de la Policía Nacional y dos secciones de la Guardia Civil rindieron honores, mientras la Unidad de Música del Gobierno Militar de San Sebastián interpretaba el himno de la Policía Nacional y el Ministro del Interior cubría el féretro del infortunado servidor del orden con la Bandera Nacional. 

Entre los asistentes al acto se escucharon vivas a España, a la Policía Nacional y a la Guardia Civil, aunque en todo momento reinó un ambiente de serenidad. 

Los restos mortales de Mohamed Amed Abderramán fueron conducidos al aeropuerto de Fuenterrabía para ser enviados al aeropuerto de Málaga, desde el cual continuaría viaje a Ceuta, de donde era natural y donde sería enterrado. 

El ministro Barrionuevo manifestó a los informadores que la política del Gobierno en materia de terrorismo no iba a variar. “Ha habido en el País Vasco una serie de hechos trágicos, luctuosos y graves, pero en absoluto puede establecerse que esto suponga un cambio sustantivo en cuanto a la seguridad ciudadana y la convivencia y tranquilidad del conjunto de los ciudadanos del País Vasco. Lo que era una realidad hace diez días lo sigue siendo hoy aunque tengamos que lamentar una serie de hechos, insisto, muy lamentables”. Finalizado el acto, el ministro del Interior se dirigió a la capital donostiarra para visitar al policía nacional Carlos Mota Organero, que resultó herido de gravedad en el mismo atentado. 

Honras fúnebres del Policía Mohamed Ahmed

La llegada a Ceuta a bordo de un barco proveniente de Algeciras de los restos mortales del Policía Abderramán, fue recibida por centenares de personas y por las primeras autoridades de la Ciudad. Según la liturgia musulmana, el féretro de Mohammed fue trasladado hasta el gimnasio del cuartel de la Policía Nacional de Ceuta acompañado por un grupo de muecines, y las oraciones se rezaron en árabe. 

Debido a que el ritual musulmán exigía lavar y amortajar el cadáver, Aisha la esposa del policía asesinado pidió ver a su marido por última vez, pese a que los mandos y compañeros del policía asesinado le insistieron en que el cuerpo estaba en muy mal estado. Cuando le abrieron el féretro, Aisha se desmayó ante la dantesca imagen de su marido. Los muecines decidieron que, dadas las circunstancias en las que se encontraba el cadáver, no era necesario cumplir con el ritual del lavado y amortajado. 

En 1989 la Audiencia Nacional condenó a José Antonio López Ruiz, alias Kubati, y a José Miguel Latasa Guetaria, miembros del comando Goirri Costa de ETA a 27 años por este asesinato y a otras tres penas de 23 años por tres asesinatos frustrados. Además de las indemnizaciones a la familia de Mohamed, se fijaron indemnizaciones a favor de Carlos Mata Organero por las secuelas de por vida derivadas del atentado. 

En el año 2015 el sanguinario terrorista José Antonio López Ruiz, 'Kubati' abandonaba la cárcel de Puerto I, en medio de las protestas, insultos, zarandeos y agresiones de un grupo de familiares de víctimas de la banda terrorista ETA. 'Kubati', detenido en 1987 fue condenado a penas que sumaban 1.210 años de cárcel, cumpliendo tan solo 26 años de prisión por su participación en 13 asesinatos consumados y 16 frustrados. 

José Miguel Latasa Getaria fue detenido en 1988 y, tras ser juzgado en la Audiencia Nacional, fue condenado a cientos de años de cárcel por diversos delitos terroristas, incluidos ocho asesinatos, entre ellos el de Dolores González Katarain, 'Yoyes', el del gobernador militar de Guipúzcoa, el general Rafael Garrido, su esposa y un hijo de ambos, pasó seis años en prisión antes de repudiar públicamente la violencia, lo que motivó que fuera acusado de traidor por la banda etarra, que incluso planeó asesinarlo y lo expulsó de la misma en 1994. 

Más tarde consiguió el tercer grado penitenciario, situación que perdió en 1996 al reabrírsele un sumario pendiente, y posteriormente se le incluyó en la llamada "vía Nanclares", hasta su excarcelación en diciembre de 2013. En octubre de 2014 Latasa intentó suicidarse en el garaje de su casa de Vitoria. 

El otro pistolero del comando Goierri Costa y ex dirigente del aparato logístico de ETA Miguel Ángel Gil Cervera, alias “Kurika”, salía a finales del mes de abril de 2009 de la cárcel de Zuera, en Zaragoza, con dirección a su domicilio de Pamplona, después de que el juez decretara prisión atenuada. “Kurika” respaldó en 1998 un documento de José Luis Álvarez Santacristina, alias “Txelis”, en el que se consideraba ya que la lucha armada estaba desprestigiada Kurika», detenido en 1992 en Francia, y extraditado a España en el año 2000, fue condenado en el año 2002 por la Audiencia Nacional a penas e indemnizaciones similares a las impuestas a sus otros dos compañeros Kubati y Latasa. 

En 1983 Miguel Ángel Gil Cervera, cuando realizaba el servicio militar en el acuartelamiento del Ejército del Aire en el polígono de tiro de Las Bardenas Reales (Navarra), colocó, en la noche del día 16 de diciembre, unas cargas explosivas con aproximadamente 40 kilos de Goma 2, hiriendo de carácter leve a un teniente y dos soldados y causando innumerables destrozos en el acuartelamiento. Miguel Ángel Gil, que se encontraba esa noche realizando un servicio de patrulla de seguridad por las instalaciones, amenazó con un subfusil al soldado que le acompañaba, a quien posteriormente golpeó y ató con unas cadenas. Tras amordazarlo con un esparadrapo, colocó, en colaboración de una o dos personas a las que previamente había facilitado el acceso al recinto militar, tres bombas. Los artefactos fueron instalados en las cocheras, dependencias centrales del acuartelamiento -donde a esa hora dormían 75 oficiales y unos 15 oficiales y suboficiales-, así como junto al depósito de propano. Las instalaciones fueron desalojadas minutos antes de que estallaran los artefactos, pese a lo cual resultaron heridos leves el teniente Eduardo Fairen y los soldados José Ángel Vergés y Jesús Jiménez, que fueron trasladados a una clínica de Tudela 

Aisha Mohamed, la mujer del policía nacional ceutí Mohamed Ahmed Abderrahman, que fue asesinado por el etarra Kubati, al conocer en 2015 la noticia de la excarcelación del asesino de su marido declaró a los medios informativos que “ahora él va a disfrutar todo lo que no ha podido disfrutar mi marido”. “Ver en la calle al etarra duele, ya que veo su foto en los periódicos y me gustaría que fuera consciente de todo el dolor que ha provocado”. “Aunque Kubati esté en la calle siempre será un asesino, y lamento que con una condena de 1.210 años de prisión se haya beneficiado de la desaparición de la doctrina Parot”. “Sólo ha cumplido veintiséis años y si echamos cuenta mató a trece personas y por mi marido apenas ha pasado en prisión dos años. No es justo, no hay derecho”. 

Mohamed Ahmed Abderrahmán tenía 33 años cuando fue asesinado. Era natural de Ceuta y estaba casado con Aisha Mohamed, de 26 años. El matrimonio tenía tres hijos Aisha estaba embarazada del cuarto, que sería chico y nacería dos meses y medio después del asesinato del padre. Carlos Mota Organero de 30 años, el Policía Nacional herido era natural de Villafranca de la Torre (Badajoz). 

De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo. 

Carlos Fernández Barallobre. 

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